Entrevista a
BEATRIZ PEDRO-VIEJO
(Entrevista completa)
Fotografía: Kike Carbajal
Texto: David Martínez Romero
Realizada en Madrid, el día 26 de enero de 2016
Mientras Kike hace a su ritmo (nunca mejor
dicho) las fotografías que ilustran esta entrevista, Beatriz Pedro-Viejo y yo
nos sentamos en el bar de una terraza junto a la entrada del Colegio Público
Santa María, muy cerca de la Puerta de Toledo y a unos pasos de las castizas
calles donde cada domingo se levanta El Rastro madrileño. Termina sus días
enero, pero la tarde es placentera y luce todavía el sol. Como cada vez que
tengo la fortuna de compartir el tiempo con Beatriz, me inunda la sensación de
que todo va bien y de que el mundo es un lugar agradable donde las personas se
tratan con cariño y con respeto y siempre presentan una sonrisa ondeada con
sincero candor. Este resplandor, que lleva ella consigo, se ha traducido al
proyecto a propósito del cual nos hemos decidido a perpetuar la conversación
que mantendremos en pocos minutos. Se percibe en la forma con que se acercan a
ella chicas y chicos de todas las edades, y sus padres, mientras tratamos de
ordenar ligeramente las ideas que tenemos intención de trasladar al texto. No
resulta fácil, porque cada dos por tres un niño, una joven, una madre o un
padre, y a menudo varios a la vez, se llegan hasta nosotros para saludar a Bea,
darle un par de besos, comentarle esto o aquello, siempre con una ilusión y una
cercanía que me demuestra, muy para mi pesar, que me he perdido la
documentación audiovisual de todo el proceso en el que se halla inmersa Beatriz, y que mi
instinto para detectar historias que merecen ser contadas mientras suceden,
cuando tienen lugar, como habría sido el caso de haber tenido los medios
necesarios durante la puesta en marcha de DaLaNota, es un instinto felizmente sano. ¿Qué es DaLaNota? Por lo
pronto, un programa músico-social. Pero para explicarlo es mejor escuchar a la
propia Beatriz, con la que nos internamos momentos después en el mismo colegio
donde estaban transcurriendo las actividades del proyecto, y eligiendo un
rincón separado pero confortable, recomenzamos a hablar. Mi primera pregunta
fue, claro está, qué es DaLaNota.
Beatriz Pedro-Viejo y David Martínez Romero en el transcurso de la entrevista |
—A ver, DaLaNota —responde Beatriz—, es un programa músico-social, al que llamamos así porque atiende
diferentes necesidades sociales a través de la música. Después de haber estado en
varios países de Latinoamérica, viendo diferentes proyectos sociales, hemos
llegado a España (algunos de mis compañeros también han estado en la Fundación
Batuta, en Colombia), y hemos venido aquí para compartir nuestras experiencias,
hemos examinado diferentes necesidades, aquí en España, y hemos formado DaLaNota.
—Cuéntame en qué medida DaLaNota es un recurso cultural y en qué
medida es un recurso social.
—Pues
es un recurso cultural porque estamos introduciéndonos
en el barrio, desarrollando, desde los niños, sus capacidades musicales. A
medida que vamos avanzando, hacemos espectáculos cada mes, a veces incluso más
de uno al mes, y así las familias se van involucrando en el proceso de sus
hijos, van asistiendo a los propios espectáculos, tanto en los espacios
públicos como en salas a las que nunca hubieran ido, de no ser por DaLaNota,
y al final de este modo va llegando a otros públicos la cultura, y ellos se van
acercando a nuevas tendencias e incluso a nuevos artistas.
Irene Senent, profesora de violín, practicando con alumnas |
—¿Da La Nota es un proyecto piloto?
—Llamábamos proyecto piloto a los tres primeros meses, hasta
Navidad. Ahora es como que ya hemos superado esa parte de prueba, hemos dicho: “Sí,
esto funciona”, aunque ya sabíamos que lo iba a hacer, y como esto funciona
pues continuamos, aunque todavía no tengamos ningún apoyo económico,
continuamos.
Fran Escribano, profesor de trombón, seguido de Carlos Sánchez, monitor, y una alumna |
—Da la Nota es el producto de una investigación larga y detallada,
pero ¿por qué habéis elegido el colegio en el que estamos?
—Estamos en el Colegio Público Santa María, y para llegar aquí,
primero elegimos el barrio en el que queríamos desarrollarlo. Viendo los
barrios de Madrid vimos en qué barrio podría haber más cantidad de inmigración
y de minorías étnicas. En Lavapiés vimos que había un poco de todo y que estaba
bastante céntrico. Con lo cual, como somos todos voluntarios, y seguimos
siéndolo, pues nos iba a ser más fácil venir al centro que no a un barrio que
estuviera más alejado, con lo que eso implica de transporte cada día. Entonces,
elegimos este barrio y fuimos viendo los colegios que había, empezamos a llamar
uno por uno, nos fueron dando cita, vine a este el primero: nos recibió el
AMPA, la Asociación de Padres y Madres, quienes recibieron muy positivamente la
propuesta, y aquí nos quedamos.
Fernando Leria, profesor de contrabajo y coordinador de DaLaNota, practicando con una alumna |
Llegado a este punto no estoy muy seguro de si ha quedado bien explicado
el proyecto, pero confío en que lo haga al correr de la entrevista, y en todo
caso sé que la suma de las imágenes y el texto llevará a los lectores avezados
a internarse por los enlaces que incluiremos más abajo. Le pregunto a Beatriz
Pedro-Viejo por qué era tan importante que hubiera una mezcla cultural,
nacional, étnica, en el colegio donde poner en marcha DaLaNota.
Beatriz Pedro-Viejo |
—Eso tiene que ver —responde—
con la parte social que no he respondido antes, y es
por qué Da La nota es un proyecto social: porque estamos cubriendo las
necesidades sociales que pueden tener los niños, también familiares. Muchos de ellos
proceden de familias inmigrantes, de diversas nacionalidades (¡hasta doce!), en
ciertos casos familias desestructuradas, o bien otros problemas que hay en la
familia y que se traducen en la educación de los propios chicos. De manera que,
a través de un equipo psicosocial, formado por una trabajadora social y una
psicóloga, estamos desarrollando una metodología en la que se combinan la
música y lo social. Ellas se dirigen directamente a las familias, y viendo caso
por caso, les derivan a los recursos sociales que puedan necesitar. Nosotros no
pretendemos atenderlo todo, sino ver qué necesidades tienen, y ayudarles,
apoyarles para que se sientan más involucrados con nosotros, más seguros, y que
también a través de la música vayan estando cada vez más seguros e integrados
en su entorno social.
Luis Regidor, profesor de canto, trabajando con la clase |
—¿Cómo
han experimentado los alumnos del colegio el proyecto?
—Pues en septiembre les dijeron sus profesores que iban a recibir a
un pequeño grupo de músicos y que les iban a explicar algo. Les contamos lo que
íbamos a hacer y les mostramos los instrumentos, y entonces ellos decidieron si
les interesaba o no. Se lo dijeron a sus padres, y empezaron a venir:
comenzamos el 1 de octubre. Desde el primer día ellos sabían que era gratuito,
pero les exigimos un compromiso.
—Es
decir, que cada alumno asumió desde el principio que si se apuntaba, su
obligación era asistir.
—Eso es, se lo explicamos, y lo hicimos desde que fuimos a los
conciertos pedagógicos. La primera semana fue una prueba del modelo de
actividades que se iba a realizar, y el último día de esa semana se hizo ya una
primera muestra (¡así de rápido!) de lo que habían aprendido a los padres.
Preparamos un par de temas en los que ya hacían coros, una pequeña coreografía,
tuvieron contacto con los instrumentos de percusión, y eligieron también un
instrumento de cuerda que empezamos a tener en ese momento. Es importante decir
que todos los instrumentos han sido donados. La presentación de la primera
semana ya consistió en coger los instrumentos, ponérselos, colocárselos, y el
solo ver el formato, la disciplina de orquesta, sorprendió a los padres:
encontrarse a sus hijos ahí prestando atención a un par de señales que habíamos
practicado con ellos, y así pudieron ver en qué consistía. Y a partir de ahí, pues
todos muy metidos en el tema.
De nuevo, Luis Regidor en medio de su clase |
Le pido a Beatriz que continúe contando cómo fue el proceso:
—Cada chico eligió su instrumento, y se comprometió a asistir cada
día a DaLaNota para poder practicarlo. Sabe dónde está guardado, sabe su cuidado,
y todos los días se une a grupos de tres para recibir la clase. Ha habido problemas
de actitud, fricciones porque no se conocen todos al principio, pero paso a
paso los chicos han ido asimilando los principios que les proponemos: ayudarse
unos a otros, colaborar, respetar, escucharnos… Una cosa interesante es que
empezamos, todos los días, con una asamblea: hacemos un círculo, nos estiramos,
respiramos, nos relajamos, nos sentamos y decimos unas cuantas cosas que son
las novedades y lo que tienen que saber. Y ellos participan y expresan lo que
sienten. Porque ellos son los principales responsables, de modo que tenemos que
hacerles partícipes de todo lo que va a pasar, y ellos se lo comunican a sus
padres. Luego, lo hacemos nosotros; pero primero ellos. Y así van tomando
responsabilidad en lo que pasa.
Alumnas de DaLaNota y, entre ellas, Beatriz Pedro-Viejo |
—Decíamos antes que este trabajo lo estáis llevando a cabo en un
momento en el que la música ha dejado de ser una asignatura obligatoria en los
institutos, si bien ya antes la metodología de estudio dejaba absolutamente que
desear, pero en todo caso, comentábamos lo desastroso que es perder la
enseñanza musical, hablábamos de las grandes cualidades de la música.
—En el sistema educativo español se les ha olvidado que la música
es necesaria, que está implícita en el ser humano, en nuestro día a día
desde que nacemos. En cambio, en España, ya de primeras hemos dejado de valorar
las músicas populares… Pero nosotros queremos rescatar esa parte y que se
valore, y demostrar lo que hace la música. Trabajar un instrumento día a día te
estructura la cabeza: trabajas el tiempo, trabajas el espacio, trabajas la
disciplina… Trabajar para conseguir que te salga bien una pieza como ejemplo de
esfuerzo para desarrollar en general proyectos de todo tipo. Nosotros
trabajamos esas cualidades y además las potenciamos porque trabajamos en grupo.
Al trabajar la música en grupo siempre se desarrolla la capacidad y voluntad de
ayuda al compañero, saber trabajar juntos, en equipo, y hacerlo colaborando.
Eduardo Guzmán, monitor temporal de violín flamantemente llegado de Colombia |
—¿Y
qué le aporta todo esto a un chico que participa en el
proyecto?
—En un principio puede ser complicado, porque le metes más carga
aparte del colegio, pero lo que les prometemos a los padres, y ya lo están
viendo, es que al final les va a ayudar también en el colegio, en las
actividades generales. La organización del tiempo y la constancia les permite
enfrentar el resto de asignaturas para también conseguir buenos resultados.
—Y el caso de chicos y chicas que proceden de familiar más
desestructuradas —sigo preguntando—, o
ambientes diferentes de lo que pudiéramos considerar “normal”, ¿qué es lo que
encontramos?
—Pues al darle a ellos más independencia y a la vez más
responsabilidades, se van acostumbrando a pensar, a pensar qué es lo que
quieren y qué es lo que les viene bien a ellos, entonces ya les obligamos cada
día a practicarlo aquí, y luego lo van a hacer en su casa de forma natural, y
los padres lo van a ir viendo. De hecho, nos lo están ya diciendo.
Aldara Velasco, profesora, directora de la orquesta y coordinadora pedagógica, a la escucha |
Recordando el enorme cariño que he visto tanto con los alumnos y alumnas
como con los padres mientras charlábamos en la terraza, le pido a Beatriz que
me cuente a qué se debe el entusiasmo que he percibido.
—Sí. De primeras, uno de los objetivos de este proyecto es formar
comunidad, que es algo que se está olvidando un poco en España, también. Hay
mucho independentismo, no en el sentido político, sino en que una comunidad de
vecinos a veces los propios vecinos no se conocen entre sí. Nosotros queremos
que las familias se conozcan, y que entre todos sepan los beneficios que está
teniendo la música para ellos, que lo hablen, que nos conozcan a nosotros, que
vean cómo nos implicamos, primero de forma voluntaria y luego porque queremos
trabajar en ello, porque es en lo que creemos.
Alumna practicando |
—Pero
por qué se ve a los chicos tan felices, y por qué los
padres os muestran tanto cariño.
—Porque ya nosotros lo hacemos así, desde el principio, ven que lo damos
todo y que estamos haciendo todo lo posible para que esto suceda. Entonces,
ellos, al final, se van dando cuenta, y lo valoran.
—
Dime qué necesitáis, en primer lugar para continuar
con el proyecto, y luego para ampliarlo y llevarlo a más colegios.
—La prioridad era fijar el modelo: estamos escribiéndolo, estamos
documentándolo, añadiendo foto y vídeo, para poder demostrar lo que estamos
haciendo, y ya estamos en el punto en que podemos mostrarlo, tanto a la
administración pública como a empresas. Vamos a seguir estrategias de
colaboración con empresas, para dar talleres también músico-sociales a
empresas, que es algo que no te había contado. Otras estrategia es la Escuela Solidaria
de Adultos: queremos ofrecer a los padres y madres de aquí del barrio, y de
Arganzuela, que se involucren en el proyecto de esta manera, y que luego además
en algún momento se junten en el espectáculo a tocar con los niños y niñas del
programa social, para que de verdad estén comprometidos. Los ingresos que aquí
obtengamos serán fijos, y nos permitirán ir contando con algo, digamos,
estable.
Irene Senent dando instrucciones |
—¿Cómo os habéis financiado hasta ahora?
—Pues comenzamos con una campaña de crowdfunding, en septiembre, y con eso fue suficiente para toda la
parte de marketing, sobre todo, y de compra de instrumentos. Tuvimos que
comprar un contrabajo, y aún nos queda algún otro que comprar todavía. Nos dio
para tarjetas, camisetas, de todo: camisetas extra que luego estamos vendiendo…
Todo lo que se nos ocurre, todavía tenemos un dinero para ir manteniéndonos las
necesidades del día a día, instrumentos extra o cosas de material, pero claro,
aún no nos da para pagar salarios. Esperemos, a ver si podemos empezar pagando
dietas, e ir aumentando poco a poco hasta conseguir contratar al equipo.
Alumna practicando |
—¿Y en qué consisten los conciertos benéficos de los que me has
hablado?
—Lo que se ve más tangible ahora son las asociaciones que estamos
haciendo con entidades que se van acercando a nosotros, y desde luego nosotros
a ellos, que nos vienen a decir que si hacen un concierto benéfico para
nosotros, que si proyectamos hacer un concierto que lo pensemos de forma
conjunta, cosas así. Esta Navidad, la Orquesta Sinfónica Verum hizo un concierto
en el que se destinaron parte de los fondos para Da La Nota; también a la CEDAM,
una escuela de música privada, le está gustando nuestro modelo y nos han
querido apoyar; con el Conservatorio de Alcalá haremos dos conciertos en marzo;
y la Escuela Popular de Música nos está apoyando en la compra de instrumentos y
otros recursos para empezar a formar el viento metal en vistas a una futura Big
Band con la que tocar también en formato orquesta.
Fran Escribano, profesor de trombón, trabajando con alumna |
Animo a Beatriz a que me hable un poco más, pero sobre ella, que me
cuente el camino que la ha traído hasta aquí
—Pues
yo soy músico, o eso creo —dice sonriendo—. Estudié
música en Musikene, en el País Vasco, terminé, empecé con las orquestas
profesionales, y vi que eso no era lo mío, entonces tuve la oportunidad, por
una beca de la JONDE, de irme a Colombia, a trabajar de voluntaria, pero ya con
la Fundación Batuta, que es una organización de las que llamamos ahora
músico-sociales, es decir, trabajar con la música con objetivos sociales. Pasé
dos años y medio, de los cuales uno estuve en Leticia (un pueblecito del
Amazonas), que es donde empecé a desarrollar más la parte social, estudié a
distancia un posgrado en gestión cultural y cooperación internacional, donde ya
me forcé a organizar proyectos con todas sus partes, y a organizar mi cabeza
bien para empezar a proponer. Les hinché a proyectos, a los de la Fundación Batuta,
y de hecho varias cosas fueros saliendo, hasta que quise conocer otros
proyectos músico-sociales. Me propuse un viaje largo para visitar varios
proyectos por todo Centroamérica, y ahí ya antes de empezar concebí REDOMÍ, la
Red de Asociaciones Musicosociales de Iberoamérica, y me dediqué a presentar
este proyecto a todos los que me encontraba, sobre todo a las asociaciones con
las que me iba topando, y viajé durante unos siete meses en el 2014, de enero a
agosto. Me tuve que volver por problemas de salud, los resolví, y aquí sigo sin
parar.
De nuevo, Beatriz, nuestra protagonista, coordinadora de DaLaNota |
Como siempre hago al finalizar una entrevista, invito a Beatriz a que
añada lo que considere oportuno.
—Quiero añadir una cosa, que me parece importante: este sector que
estamos desarrollando, de la educación o práctica músico-social, también es una
vía abierta para dar trabajo a músicos, y desde luego es muy efectiva para
motivar a personas de todas las edades y de diferentes ámbitos musicales a ser voluntarios
en las organizaciones de REDOMI, a través del programa de voluntariado que
vamos a desarrollar, o a través de las vacaciones solidarias que ya estamos
organizando desde el año pasado.
Beatriz Pedro-Viejo gestiona el Programa Musicosocial DaLaNota |
Fin de la entrevista completa
Página web de DaLaNota
Página en Facebook
Añadimos un vídeo con el primer concierto de DaLaNota:
Y el documental VAS 2015: Vacaciones Artísticas Solidarias: