Entrevista a
ALEJANDRA MENASSA
(Versión resumida)
Fotografía: Kike Carbajal
Texto: David Martínez Romero
Madrid, 8 de diciembre de 2015
Es cosa cada vez más rara el encontrar a personas capaces de aunar diferentes cualidades, intereses, ambiciones más allá de un ámbito profesional, de un sector académico, de un espacio vital. Pero, sin duda, Alejandra Menassa es una de ellas: médico, psicoanalista, escritora, poetisa, pintora y últimamente también actriz, Alejandra se encuentra en una posición privilegiada para reflexionar sobre la naturaleza de los procesos creativos, ella misma inmersa en buen número de los mismos, y ello me impulsó a pedirle que nos concediera esta entrevista, convencido de que la conversación resultante sería sumamente atractiva. Nos recibe en su gabinete psicoanalítico, un tanto envuelto en penumbra, y resguardada por los cuadros que penden en la paredes, obra de su propio padre, el también multidisciplinar psicoanalista Miguel Óscar Menassa, fundador del Grupo Cero, se dispone a que dé comienzo a la conversación.
—Me gustaría —propongo— que, en general, sea lo que sea de lo que hablemos, lo enfoquemos desde el punto de vista de los procesos creativos, la relación del hombre, de la mujer con la creatividad. No sé por qué, pero la primera pregunta que se me ocurre para hacerte es si psicoanálisis es lo mismo que terapia, si se influyen el uno a la otra, o son cosas simplemente distintas.
—Vamos a ver —me explica Alejandra—: el psicoanálisis es un pensamiento sobre el hombre, sobre la mujer, un pensamiento sobre la humanidad, sobre los procesos mentales, los procesos psíquicos, e incluye una posible terapia, es decir, desde ese pensamiento, desde ese cuerpo científico se desprende un método terapéutico, pero es mucho más que un método terapéutico. Yo creo que el surrealismo hubiera sido imposible sin el psicoanálisis, por ejemplo, porque el psicoanálisis incluye el concepto de que la creación es desde el pensamiento inconsciente, que no es una cosa de la conciencia. El procesamiento es inconsciente, y el que habla de eso es Freud, quien nos da, digamos, la lógica de lo inconsciente.
Le pido que me explique el concepto de repetición en Freud.
—Significa que tendemos a repetir aquello de lo que hemos gozado: cualquier cosa que nos ha hecho gozar, en lo que hemos encontrado un goce, pues tendemos a repetirlo. Sea bueno o sea malo, quiero decir: el goce no es el placer, el goce puede ser algo que es muy nefasto para el sujeto. Pero tenemos una tendencia a la repetición de eso. Ese concepto está bastante extendido en la filosofía, no es solamente un concepto freudiano. Evidentemente, Freud no está fuera de la historia del pensamiento, hay muchísimas conexiones con otros pensadores. Freud decía que la poesía siempre predice la ciencia, que la poesía habla de algo, de un imaginario que luego la ciencia conceptualiza, pero la poesía ya ha predicho. Eso está en toda la obra de Freud, por eso es tan importante la creación, por eso te decía que el psicoanálisis es mucho más que una terapia. A nosotros se acerca mucha gente que lo quiere es aumentar su capacidad de creación. Lo que tú llamabas creatividad, que a mí no me gusta mucho llamarlo creatividad, me gusta más llamarlo creación, la poiesis, la poesía, como decía Platón. Porque creatividad… un creativo puede ser cualquiera, es un trabajo más organizado, pero la creación es otra cosa más difícil, es un dejarse llevar por lo inconsciente, es otra cosa.
—A mí me gusta hablar mucho hablar de «pensamiento creativo». ¿Crees que la creatividad — continúo preguntando— tenga relación con la curación y la sanación?
—Eso es interesante. Se han utilizado mucho las terapias de pintar para paliar la enfermedad, de poesía, de grupos de poesía, como tratamiento. Yo creo que es al revés, es decir, hay que estar muy sano para poder crear, es cosa muy compleja la creación, otra cosa es manchar un lienzo con… pero para crear realmente, para producir algo diferente con los mismo elementos de que disponemos todos los seres humanos (o bien las palabras o bien los colores que son significantes, o las notas musicales, pero que cada uno los va a combinar y va a producir una nueva creación), hay que estar muy sano.
—Sólo una cosa más sobre Freud —insisto—, una de las frases que más he escuchado en mi vida es Freud ya está superado, procedente de gente que es patente que no lo han leído. ¿A qué crees que se debe este rechazo, qué pasa aquí?
—A ver: Freud tiene un texto precioso que se debería leer todo aquel que quiera responder a la pregunta de por qué hay tanto rechazo al psicoanálisis. Se llama: Una dificultad del psicoanálisis. Primero: que está superado Freud, vamos a ver, las ciencias son atemporales; ahora Aristóteles tiene una vigencia, Platón tiene una vigencia, Hegel tiene una vigencia, Heidegger tiene una vigencia, todos los autores tienen una vigencia, aunque las teorías se van complejizando y se van a aportando unas a otras, pero nada queda obsoleto, nada queda superado, y la idea de «superación»… es una mala lectura de Hegel, porque Hegel hablaba de “relevo”, no hablaba de superación, hablaba de que una figura releva a la siguiente.
—Pero cuál es la razón del rechazo.
—Sí —prosigue Alejandra—. Primero, Freud no está superado, porque cien años para una ciencia es absolutamente nada, no podemos medir el tiempo de la ciencia con el tiempo del humano, de la pequeña vida humana, de los pocos años que duramos en la Tierra; la matemática tiene cuatro mil años y nadie puede decir que la suma está obsoleta, o que está pasada o que está superada, es decir, la ciencia tiene otra temporalidad que no es la del sujeto. Y luego, a Freud se lo rechaza porque no es una ciencia que hable de la naturaleza, o más bien habla de la naturaleza humana, pues nos toca íntimamente, y el psicoanálisis nos cuestiona, es muy cuestionador, y es muy revolucionador del sujeto, o sea: no te deja nunca como estabas, te mueve los prejuicios…
—¿O sea: incomoda?
—Exactamente, incomoda. Incomoda, además, con una cosa muy pusilánime a veces, por ejemplo, la introducción del concepto de sexualidad, sin la cual es imposible comprender algunos de los síntomas histéricos. Pues eso: la pusilanimidad de 1900 lo rechazaba, pero es que la actual también lo rechaza. Es decir, ahí sigue habiendo un rechazo a que la sexualidad tiene que ver con la vida de los sujetos y con lo que nos pasa, y no solamente con las relaciones genitales, la sexualidad es mucho más amplia, nos influye en todo lo que hacemos, en cualquier verbo que ejerzamos.
—¿Cuántos ámbitos creativos tocas?
—A ver: yo escribo poesía, que fue lo primero que hice desde antes del psicoanálisis, antes de todo. Empecé a ir un taller de poesía como a los dieciocho años, me leí la obra de varios poetas… además yo soy un poco exagerada, muy apasionadamente, es decir, me encerraba con un poeta una semana y hasta que no había terminado toda la obra no pasaba al siguiente. Luego, unos años más tarde coordiné un taller de poesía, hasta los 21 o por ahí, y he estado toda la vida en relación con la poesía. Mi primer libro de poesía lo publiqué a los 21 años, tengo ya siete libros publicados, y ella fue el primer amor, por decirlo de alguna manera, y creo que lo poético está en todo. Después también he pintado, tengo varias exposiciones hechas en Madrid; he hecho cerámica, otros tipos de escritura, ensayo, tengo varios libros de medicina, de psicoanálisis, publicados, novela… tengo ahí un par escritas, pero no están publicadas y yo creo que no están para publicar, aún las tengo que trabajar. Y bueno, luego vino el cine también a nuestras vidas, de repente. Esto fue aproximadamente en el 2001. Creamos una pequeña productora, entre varios psicoanalistas: hemos hecho 25 cortos, hemos hecho cuatro largometrajes, y uno de los largos, que es La invitación del presidente, pues ya sabéis, está seleccionado a los Goya en varios rubros, y en uno de ellos como actriz principal estoy yo.
Le pido a Alejandra que me hable ahora de su formación académica.
—Yo soy médico internista, hice la residencia en el Hospital Doce de Octubre. Soy psicoanalista, estoy formada en la Escuela de Psicoanálisis de Grupo Cero, y sigo en formación, estoy dando clases en ella. Soy profesora del Seminario de Medicina Psicosomática hace mucho años, sigo trabajando de médico y ahora estoy haciendo un proyecto muy bonito con el que estoy muy emocionada e ilusionada: estoy trabajando en una clínica de medicina integrativa donde intentamos abordar las enfermedades aparentemente del cuerpo, tipo hipotiroidismo, enfermedades autoinmunes, lupus, cáncer incluso, de una manera global, incluyendo lo psíquico. Aquí estoy trabajando como médico internista y también como psicoanalista. Me parece un proyecto fascinante y queriendo publicar más cosas en él. Hemos publicado un libro que se llama Doctor, por qué no puedo adelgazar, que presentamos hace un mes y medio. Este libro hace la experiencia con los obstáculos que nos hemos encontrado cuando una persona viene a decirnos que quiere adelgazar, por qué tiene tanta dificultad para hacerlo, y bueno, cuáles son los obstáculos psíquicos, de alguna manera. Mi formación es continua, yo sigo en formación en la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, sigo yendo a congresos de medicina, creo que la formación de un profesional de la medicina no puede acabar con la carrera, hay que seguir formándose. Cualquier profesional bueno tiene que seguir formándose.
—Uno tiende a pensar —comento— que cuando se acude a terapia, o a psicoanálisis, o a algo parecido, es porque se tiene un problema, que hay que esperar a tener un problema para hacerlo.
—Eso es lo que comentábamos antes. No es necesario estar enfermo para psicoanalizarse. Por eso, nosotros, ahora estamos trabajando mucho (por relacionarlo con la creatividad,) con actores, nos vienen muchísimos actores, primero porque hay cierta escuela que los traumatiza un poco, y luego porque hay muchos que quieren trabajar ciertas inhibiciones, dificultades que tienen a la hora de desarrollar los personajes: timidez, vergüenza, etc., etc. Cantantes también hay muchos, miedo escénico, nos consultan bastante por eso, pero no necesariamente llegar a no poder cantar, como ha habido algunos casos reciente de abandono de la carrera discográfica por el problema de la fobia al escenario o del temor, el miedo escénico. Sin llegar a eso, hay mucha gente que tiene cierto grado de angustia, o que simplemente quiere llegar a sentirse más cómodo. Y para levantar inhibiciones, porque a ver, Freud decía, y es una frase que me parece súper bonita, que en todo hombre hay un poeta, en toda mujer, en todo ser humano. Y entonces hay que dejarlo salir, y lo tenemos ahí bajo llave, por eso el psicoanálisis ayuda mucho a esto, a levantar las inhibiciones que no nos dejan desarrollar la creatividad, la creación.
Le pido que amplíe en relación con enfermedades patológicas.
—No hay una sola enfermedad del ser humano en la que no haya una participación de su psiquismo. Desde el cáncer, el SIDA, enfermedades del colágeno, lupus, trastornos funcionales, que son muy frecuentes, por ejemplo el colon irritable… en todas las enfermedades que afectan al cuerpo hay participación del psiquismo, y desde luego las enfermedades propiamente mentales, las neurosis obsesivas, los trastornos de angustia, la histeria… El psicoanálisis es un instrumento muy eficaz como terapia, pero no sólo eso, es mucho más. Como te decía, todo el surrealismo es bastante difícil pensarlo sin el psicoanálisis, la pintura de Dalí es una pintura francamente onírica, y Magritte, aunque rechazaba un poco el psicoanálisis… pero bueno. También el psicoanálisis nos vienen a decir que cualquier palabra se puede combinar con cualquier palabra. Es la libertad de la escritura, que no tienes que estar dentro de unos cánones, ni decir las cosas como el orden establecido dice, sino que puedes tener la libertad de combinar cualquier palabra con cualquier palabra.
—¿Cuáles son tus planes inmediatos de futuro?
—Pues tenemos muchas cosas. Me nombraron presidenta de la Sociedad Española de Medicina Integrativa, la SESMI, hace poquito, un año y algo, y bueno, pues estamos intentando establecer relaciones con otras sociedades de medicina integrativa a nivel internacional, ya hemos comenzado con la sociedad europea; vamos a firmar un acuerdo con la Fundación MOA, que es la encargada de la medicina integrativa en Japón, y que está intentando implementar la medicina integrativa dentro de sistema de salud japonés, como si dijéramos dentro de la seguridad social. Nosotros querríamos hacer algo parecido en España, que se pudiera tener acceso a esta medicina que es privada y por lo tanto es muy cara, pero es una medicina mucho menos dañina, mucho menos iatrogénica, porque las sustancias que nosotros utilizamos no tienen prácticamente efectos secundarios, no utilizamos fármacos clásicos, utilizamos en todo medicina ortomolecular, minerales, vitaminas, aminoácidos, nutrientes, es decir, la idea hipocrática de ayudar al cuerpo a recuperarse por sí solo, a volver a la physis, volver a su naturaleza. Por eso, aportamos los nutrientes necesarios y luego incluimos el psicoanálisis, que es fundamental: somos un todo, somos cuerpo y mente, y enfermamos todo a la vez, no enfermamos una parte por un lado y otra por el otro, cuando sufre el cuerpo la mente se ve afectada, y viceversa, de modo que son inseparables, o sea que hay que atender a ambas cuestiones.
Le pido que me hable un poco del Grupo Cero.
—Grupo Cero es una escuela de psicoanálisis, pero es también más que eso. Grupo Cero es un movimiento científico-cultural, de hecho, en el año, si no me equivoco, 2013, nominaron a Miguel Óscar Menassa, que es el director de la escuela (mi padre, por cierto) para el Premio Nobel de Literatura. Esto lo presentó la AIWA, una asociación internacional de escritores que está en Ohio, en Estados Unidos. Ellos son conocedores de la obra de mi padre y le presentaron al Premio Nobel de Literatura; Teresinka Pereira, la persona que le presenta, presidenta de la asociación, es una poeta bastante reconocida mundialmente. Ella nos presenta diciendo: “Uno de los movimientos científico-culturales más importantes del siglo XXI”. Yo eso no lo sé, no me atrevería a decirlo, pero sí es verdad que hay una verdadera preocupación por hacer cultura y por difundirla, en todas sus maneras, tanto la pintura, como la poesía, la cerámica, el flamenco, la música, eso es Grupo Cero, fundamentalmente. Y el psicoanálisis está incluido ahí, en toda una parte que es el departamento de clínica del que yo soy directora junto con otra compañera, la doctora Pilar Rojas, más dedicado al campo de la salud, específicamente. Pero creación y salud están íntimamente relacionadas en el Grupo Cero.
Llegados a este punto, le pido que me hable también de su padre.
—Mi padre, ¡je! —ríe cariñosamente—. Mi padre es una de las personas más generosas que yo he conocido nunca, es de las pocas personas que no sólo hace las cosas sino que dice cómo las hace, las muestra, es de los pocos pintores que tienen en Internet cómo él hace los cuadros; hay muy pocos pintores que hagan eso, parece una tontería, pero no lo es. Él, eso, lo hace con todo: si hace cine, escribe sobre cómo hace cine, si hace psicoanálisis escribe sobre cómo hace psicoanálisis, es decir, siempre ha sido muy generoso con el conocimiento, y es de las pocas personas que yo he visto (esto que decíamos antes de la envidia) que tiene tan analizada su envidia que deja crecer todo lo que se acerca a él. Es decir, normalmente los maestros es difícil que tengan un número ingente de alumnos brillantes alrededor suyo, aunque evidentemente ha habido muchos maestros que lo han permitido, pero no es fácil, y no es lo más común. Yo creo, que un maestro, y Menassa es un maestro (en muchas cosas además, en muchos campos, el psicoanálisis, la poesía, la pintura…) es un maestro que deja crecer a sus discípulos, lo cual es muy de agradecer.
Para finalizar nuestra entrevista, le sugiero a Alejandra que añada lo que le parezca oportuno añadir.
—Creo que no hemos dicho que la creación es un trabajo. Y me parece muy importante decirlo; ya lo decía Picasso, en frase famosa: “Que la inspiración te pille trabajando”. La creatividad no es una cosa de musas, es una cosa de trabajo, trabajo sobre uno mismo, trabajo de lectura… Me parece una aberración llamarse poeta cuando no se ha leído a los grandes poetas, sinceramente, no estoy juzgando a nadie, pero me parece… De hecho, yo no me atrevería a llamarme poeta, soy una persona que escribe, y que lee mucho, soy una gran lectora, eso sí que lo puedo decir… si somos poetas o no, lo dirá la historia. Pero creo que es un trabajo, un trabajo de lectura, primero, y después de escritura, por ejemplo la poesía.
—O sea, que requiere un esfuerzo.
—Sí, requiere un trabajo, requiere horas, requiere lectura, no sucede desde la nada, uno no crea desde la nada.
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